"Me siento a gusto, libre de complicaciones. Muchos no entienden pero la soledad, está subestimada"
Seguí caminando, a mi alrededor pasaban personas agitadas y cansadas, me identifique con ellos, me identifique con la flacura de unos niños de la calle y con la vanidad de varios empresarios que caminaban a mi lado, nuevamente me pregunte, ¿Quién soy?, ¿soy acaso el reflejo de las personas que me rodean?, nuevamente observe mi cédula de identidad, vi mi rostro, piel oscura, ojos cafés, cabello negro y liso, orejas algo grandes, observe que en mi rostro quedo atrapada una sonrisa pues siempre trato de sonreír, luego vi mi nombre BRAYAN ALEXANDER REMACHE VARGAS, nunca me sentiré de acuerdo con mi primer apellido pues fue impuesto por la ley hace un poco más de un año. Nací en Quito el 26 de abril de 1996, mi madre se llama Angélica fue la primera persona que me enseñó unos pequeños rastros de identidad, en ese momento recordé mi ciudad, mi infancia, a mi madre se me fueron las lágrimas, recordé cuando ella me enseñó a apreciar lo poco que se tiene, y en ese momento sonreí, recordé que una parte de mi identidad es la humildad, me senté en una silla mientras seguía leyendo los datos inscritos en mi cedula, al momento de leer los datos de mi padre recordé otra parte de mi vida, crecí con una guerrera que desde que tengo memoria me enseñó a luchar hasta alcanzar mis sueños a pesar de los limites existentes. Me tranquilice un poco y seguí caminando, me di cuenta que en algo era el reflejo de mi madre, vi a tres niños corriendo, jugando entre ellos, recordé a mis tres hermanos y el valor de la amistad que me enseñaron, ese valor que pese a golpes y peleas siempre es intenso. Por último mire a muchas personas que caminaban todas sin mirar a ninguna otra, recordé lo especial y sensible que soy y que por esa razón me encontraba en una ciudad diferente reflejando mis sueños y luchando por lo que me gusta.
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